Sin categoría

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… bueno, en realidad no era un cuervo, era una grajilla, pero al fin y al cabo son de la misma familia, no?. El tema es que lejos de pensar que es una mala señal ya que estos animales llevan el san benito colgado de ser pájaros de mal agüero, me lo he tomado a bien. Por norma general me gustan los cuervos así que me lo he tomado como una señal eso de que entrase por al ventana de mi trabajo. Lo cierto, es que para ser prácticos, la pobre ha caido en un patio muy alto y muy estrecho y no tenía espacio para maniobrar… y se ha visto abocada a entrar por la ventana que está justo enfrente de mi mesa de trabajo. Tras animarla a salir, sin que terminase de darse unas cuantas leches contra paredes y ventanas, se ha ido encaramando donde ha podido en las piedras del ilustre monumento que es mi lugar de trabajo hasta que final ha conseguido salir volando a ras del tejado.

Supongo que el San Benito de pájaros de mal agüero les viene porque son negros y carroñeros… pero lo cierto es que en este caso, más bien son pájaros de agüero pasado, llegan cuando “el pescado está vendido”, es decir, cuando hay carroña, si es el caso. Y en el fondo lo que hacen es darle “nueva vida” a algo que ya está muerto y no tiene otra cosa que pudrirse al sol, la luna y las estrellas… Por otro lado, quienes creen es eso de lo oculto y la brujería les suelen considerar pájaros de buen augurio y además en la mitología se los suele colocar acompañando a figuras más o menos poderosas, como por ejemplo el Odín nórdico. Y qué decir tiene que el escudo de la que es mi ciudad tiene 2 cuervos presidiendolo.

Esto me lleva a la reflexión de que tal y como tratamos las cosas al final no nos quedará más remedio a nosotros que ser carroñeros de lo que vamos dejando por el camino en nuestra ilustre marcha hacia el progreso (económico). Si pensamos en carroñeros humanos, la primera imagen es gráfica… esas personas que andan rebuscando en las basuras o en los vertederos. Y evidentemente a todos nos parece que eso es negativo y poco agradable… los carroñeros, realmente no están ahí… esa es gente que esta buscando su supervivencia de la mejor manera que sabe y con lo que el resto vamos dejando por inútil. Dan vida a algo que para nosotros ya no la tiene.

Los carroñeros están más arriba, visten como quieren y en vez de buscar en la basura lo que hacen es tirar de visa, billetero o influencias. Muchos están observando como empresas se van al garete con todos sus trabajadores y esperan a que estén a punto de caramelo para recoger los restos y sacar un beneficio que les haga más ricos mandando el futuro familias al garete solo por tener más y más. Otros ven como su dinero crece y se reproduce de forma totalmente artificial gracias a las especulaciones que ellos mismos fomentan y que pueden hasta hacer paises enteros. De igual manera otros dirigen empresas en las que todo es un elemento que ha de ser vendido… incluido los bienes de primera necesidad o sin los que la gente no puede tener bena salud. Tenemos a otros que fomentan su carrera a base de utilizar el trabajo y los éxitos de los demás como plataforma para ellos, llegando a destruir a esto si es necesario… Como véis todos tienen algo en común: son destructores. Destruyen el futuro de muchos en aras de un futuro mejor para ellos o de una carrera meteórica o de una prominencia personal… No crean ni hacen futuro (aunque algunos argumentan que sin ellos no lo habría… para la actual economía, claro…), ni reutilizan o dan nueva vida a nada que no sirva a sus propósitos.

Se acomo fuere y dejando a un lado a los carroñeros, el tema es que me tomaré como buena señal la entrada de la grajilla por la ventana…

… esa frase tiene peligro. Cuando decimos eso, básicamente estamos invitando a “pasar”, generalmente de alguien. En definitiva, estamos invitando a que sigamos en nuestra corriente y pasemos de la de los demás. Esto por un lado nos viene muy bien porque así evitamos todo tipo de problemas, pero por otro nos mantiene alejados de los otros… aunque, cierto es, que no tenemos ningún inconveniente en juntarnos con quien se precie cuando nos interesa. De todas las maneras estamos inmersos en una contínua corriente de seres humanos que vamos más o menos igual… vivimos en la misma bola de tierra que está en contínuo movimiento alrededor del sol, que a su vez está en movimiento por todo el Universo. Así que, por mucho que pretendamos “no mojarnos” y les sigamos la corriente a otros para evitar que nuestro pequeño mundo se mueva (ni much menos pensar que se tambalee) obviamos el hecho de que vivimos en movimiento constante.

Y no solo es este planeta, es todo… la vida, por definición, cambia una barbaridad de un momento a otro, de una semana a otra, de un mes a otro… por lo tanto esa corriente contínua que creemos seguir, que nos lleva por sitios seguros en nuestra cómoda existencia no es nada más que una parte del gran movimiento que se produce a nuestro alrededor.

Quizás cuando somos conscientes de ello, de que, a pesar de lo que parezca, todo a nuestro se mueve y nosotros con ello  a pesar de nuestros pesares, decidimos dar un salto. Ese salto es seguido de otro, y otro más, y otro más… y así hasta que caemos en la cuenta que es un fútil intento de tener control sobre ese movimiento en el que ya estamos inmersos. Caemos entonces en la cuenta que esta no es una corriente contínua, es una corriente alternante que cambia constante y que a pesar de todo no podemos tener el control total sobre ella.
¿Qué nos queda?… lo más fácil, asumir y sentir y decidir saltar cuando nuestro ser nos pide hacerlo… ser uno mismo, independientemente de lo que pase… dejar de seguirle la corriente a nadie y zambullirnos en nuestra propia corriente… alterna. Seguir un camino que no sabemos donde nos va a llevar, pero que, sin lugar a dudas es nuestro camino…

el camino y el horizonte